La pelotudez es un monumento, sí
pero no tengo nada para decir.
¿cuánto de la superficie terrestre no conocemos?
¿cuánto de la flora
y fauna
espacial
ignoramos?
Nos ubicamos en ese punto, exacto,
en que la palabra se separa de la cosa.
¡Dios de las verdades, inmenso y obtuso!
Buscános: nosotros no podemos encontrarte.
Ciegos y sordos nacimos, como lombrices
de tierra
-bichos mundanos para los que existir es:
simplemente,
una medida del espacio-
Y te culpamos. Creo. Te culpamos.
Pero también te queremos encontrar.
¿En donde?
¿En qué lugar o tiempo?
En el ensayo de una muerte
en el escenario de un beso
en la cama.
(la enumeración sería confusa, y, sobre todo,
inexacta, porque
por suerte
sabemos que el mundo se reduce a una sola cosa
a un solo espectro amarillo, verde o gris:
sólo que no sabemos, obviamente, cuál).
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