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viernes, 27 de junio de 2014

Esbozo de un pequeño aroma a recuerdo

Te cuelga del pelo, el recuerdo de una tarde a la que me apresuré con adjudicarle el olvido. Tenes en la piel los fantasmas de un patio y de un verano que pertenecieron a otro. (A quién no escribe). Tenes, sin saber por qué, quizás hasta no teniendo, los colores del crepúsculo, el dolor de los cardos en las plantas de los pies. Te cuelga del cuello, un verano de antes de esos en que nadie hablaba de política, ni de religión, ni de letras. Te arranca la sonrisa y tal vez sea la hora, el color de una pared lejana y pobre de un barrio de Areco. Ya se, por vos, noche, que el recuerdo no es un relato de la memoria sino que es un compendio de fantasmagóricas imágenes colándose por nuestros poros por todos nuestros orificios mientras yacemos al calor de una cama.

2 comentarios:

  1. Facundo, esto me resulta en verdad interesante. Felicitaciones. Aveces, cuando leo cosas que me retuercen las tripas intento imaginar los sentimientos del autor. Adelante con la literatura!

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  2. Muchas gracias, quien quiera que seas! ¡Saludos!

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