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viernes, 27 de junio de 2014

Calle, hora, barrio,

Salgo a la calle y un tipo
golpea la puerta de mi atención
"¿Una moneda, amigo?" pregunta
con una mecanización hija
de haberlo preguntando ya tantas veces
que da lo mismo que sea yo
al que ahora se lo pregunta. 
Creo que lo conozco, lo vi antes.
Tienen los rasgos del hambre
del rencor y del frío.
(Y una bufanda le abraza la nuez,
del Adán padre).
No le sirve el cielo, ya
Al pordiosero que pide comer
A gente que no conoce ni sabe
Que esa misma noche lo verán
En la vigilia del sueño
Con el rostro del Hombre.
El peso con cincuenta ya estaba
en su mano cuando me despedí
sabiéndolo tan propio como mi sangre.

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